El Ciclón de Ayude buscó ser, en comparación con su versión anterior, un equipo un tanto más protagonista. Partiendo del control de pelota medido, sin excesos, apelando al pragmatismo al momento de entender cuándo pasar largo y en qué momento distribuir en corto. Con solvencia en el centro del campo, donde Quilmes tuvo a un Ramírez prolijo y de otra categoría.

La era post Iker en San Lorenzo, sin embargo, será dura: si de algo careció el equipo de Ayude fue de un jugador que tomara esas pelotas en incandescencia. Por momentos Tripichio, por otros un Manuel Insaurralde que se hizo cargo, de a ratos Cerutti como extremo proletario y, en buena parte del segundo tiempo, el Cuello que atrajo la mirada del Ciclón en 2024: cuando entendió su rol, Chuky corrió, se esforzó y hasta pudo convertir si el centro desde la derecha enviado por el #7 lo impactaba con mayor comodidad y algo más de potencia.

Aunque defensivamente, este plan Ayude tendrá que corregir sus falencias al momento de achicar alto. Sin su pack titular (Johan Romaña-Gastón Hernández) el ejercicio del retroceso quedó como ítem para pulir durante la última semana que queda por delante antes de iniciar el Clausura.