Riccillo remarca que la inteligencia artificial está entrenada por humanos. Por más que a través de disciplinas como el machine learning (aprendizaje automático) y el deep learning (la utilización de redes neuronales artificiales para simular el funcionamiento del cerebro humano) las máquinas puedan aprender por sí mismas, siempre está el ser humano por detrás. Y pone el ejemplo de ChatGPT y la redacción de textos y artículos periodísticos: “El chatbot de OpenAI solamente puede escribir sobre lo que ya está escrito por personas. Usa las palabras como un rompecabezas, pero no crea nada verdaderamente nuevo. En cambio, una persona, por ejemplo, un periodista, escribe de una manera fluida, entendible. Observa y crea. Vos, cuando tenés que contar algo, lo escribís de tal manera para que tu público lo entienda. Esa forma de escritura, la máquina no la puede repetir”.
Actualmente, las herramientas de inteligencia artificial pueden ayudar a componer música, a crear fondos en videojuegos y generar imágenes inéditas para publicidades. “Cuando uno necesitá optimizar procesos, puede buscar ayuda en las máquinas. Pero el ser humano decide. Ahora está la opción. Lidiar con una máquina para hacer un diseño, por ejemplo, con todo lo que eso implica, que el software te entienda, que te interprete, etc. O contratar a un diseñador que te lo hace como vos querés. Cada uno tomará la decisión que le convenga y que quiera”.
El potencial de la inteligencia artificial es enorme, los casos y ejemplos abundan. Año a año se irán sumando cada vez más herramientas para ayudarnos en nuestras tareas, especialmente en las 3 o 4 D que menciona Riccillo. Su función es brindar soluciones y, según la científica argentina, estamos a siglos de que pueden actuar voluntariamente o por propia iniciativa: la inteligencia artificial solo complementa al humano y definitivamente no lo reemplaza ni lo reemplazará.
“Es el humano el que toma la sugerencia de la máquina y después decide sobre eso. El humano es quien tiene la última palabra”. Así ha sido hasta ahora, y así es como será, al menos por mucho tiempo, según afirmó para finalizar Marcela Riccillo.