07/12/2024 - DEPORTES
Sandro Mareco es el campeón argentino, pero el impacto mundial lo dio Faustino Oro en el Campeonato Argentino
El mejor jugador argentino del ranking internacional se llevó el torneo en el que el chico de 11 años cayó en la última ronda y culminó en el cuarto puesto.
Como dos líneas paralelas que buscan juntarse, porque tienen sintonía entre sí, el primer jugador argentino del ranking internacional, Sandro Mareco, también es, a partir de este viernes, el campeón nacional. Pero la sensación del torneo fue Faustino Oro, el chico de once años que es una luminaria del ajedrez mundial. Un merecido triunfo para Mareco, un jugador que había pasado por altibajos últimamente, pero que ya luce recuperado. Tiene 37 años y es la segunda vez que gana el Campeonato Argentino. Su estilo de juego es completo, es decir, se maneja con solvencia en todo tipo de posiciones. También tiene una eficaz preparación teórica. En sus comienzos era táctico y aguerrido, le faltaba base posicional. Consciente de ese defecto, estudió durante años con el gran maestro sueco Ulf Andersson, después de lo cual, lo que era un defecto se transformó en una fortaleza. Además, Sandro tiene vocación didacta, da muchas clases. Sería un profesor ideal para las nuevas generaciones de ajedrecistas argentinos. Faustino, el niño que le peleó a los grandes, es el maestro internacional más joven de la historia. Entre los menores de doce años (y Oro tiene once recién cumplidos) es el primer rankeado del mundo. Un jugador, que, por proyección, puede ser campeón del mundo. Nadie, nunca, jugó tan bien como él, a su misma edad. Ni Fischer, ni Kasparov, ni Carlsen. Argentina es un país de gran tradición ajedrecística, pero nunca había tenido un genio de esta naturaleza. Hizo su debut en la máxima justa nacional con una actuación notable, siempre rondando el primer puesto. Su derrota en la ronda final con Fernando Peralta no empaña su formidable desempeño. Quedó en el cuarto puesto, entre doce jugadores, en la tabla final de posiciones. En cada jornada, era un niño en batalla a brazo partido con adultos que son los mejores ajedrecistas del país. Algunos de ellos temían perder con él, y buscaban hacer tablas. Otros le jugaron a cara de perro, sin darle resuello. Contra todos exhibió una gran gama de recursos, tanto en el juego posicional como en el táctico. Logró salvar con un empate partidas muy comprometidas como las que tuvo con Mareco y Acosta. Su balance final fue de cuatro victorias, dos derrotas y cinco tablas. Subió 14 puntos su ranking Elo, lo que es una suba considerable. Mi evaluación objetiva de su nivel actual es que se sitúa en un segundo escalón con respecto a los mejores del país. En las partidas con Mareco, Peralta y Flores, los tres principales, le tocó sufrir. Le falta estudio y experiencia para alcanzarlos. Un año, en el caso de él, es tiempo suficiente para cubrir esa distancia y así poder ganar el próximo Campeonato Argentino. Pero tiene otros desafíos. Uno muy importante es lograr ser el gran maestro más joven de la historia de este deporte, algo que tiene que conseguir antes de los 12 años, 4 meses y 25 días, el récord que ostenta Abhimanyu Mishra, de Estados Unidos. Recordemos que Faustino cumplió los 11 el pasado 14 de octubre; tiene más de un año para ello. Los requisitos fundamentales son hacer tres normas de gran maestro. Cada norma implica lograr un puntaje exigente en un torneo determinado. Por ejemplo, en este Campeonato Argentino que acaba de finalizar, la norma era hacer 8 puntos. Faustino no estuvo lejos: hizo 6 ½. El otro requisito es llegar a 2500 en el ranking Elo. Con los 14 que subió en este torneo se va a 2447, así que veo muy probable que lo consiga porque ya mismo juega como un gran maestro. Su siguiente objetivo importante es el mundial de partidas rápidas y de blitz, que se jugará en Nueva York entre el 26 y 31 de diciembre de este año. Son otras modalidades, que no se miden con los mismos parámetros: el rápido se juega a un total de 15 minutos por jugador, más el agregado de 10 segundos por jugada, y el blitz, el más vertiginoso, son 3 minutos por jugador, más 2 segundos por jugada. Son torneos con muchos jugadores y se sortean los emparejamientos en cada ronda. Allí, Oro competirá con los mejores del mundo en esas modalidades. Hay que decir que, por bueno que sea Faustino en el ajedrez pensado clásico, es mejor aún en ritmos rápidos, así que habrá que seguirlo con atención en esa cita. Faustino Oro rompió el molde. Creo que su impacto en el ajedrez argentino está siendo masivo y lo va a ser aún más con el correr del tiempo. Por ejemplo, tranquilamente podría fomentar la idea de introducir al ajedrez como materia en todas las escuelas primarias y secundarias del país. Cosa que es no sólo sano y lógico en una nación pensante, sino consecuencia natural de tener entre nosotros a este genio del ajedrez mundial.
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