Sergio "Maravilla" Martínez debutó en el cine con un coprotagónico en "Pistolero", película en cartel de Nicolás Galvagno, en el que interpreta a un bandido rural, un papel para el que subió 23 kilos y para el cual se preparó con un estudio minucioso del personaje con la "inteligencia" con la que sube al cuadrilátero.
"En el boxeo tengo una actuación constante, de tipo fuerte, escurridizo, duro y a veces de cobarde. Es toda una actuación porque estoy tratando de ser inteligente. En la actuación también hay que aplicar la inteligencia e inteligencia emocional", comentó a Télam "Maravilla", cuya formación se encuentra en el clown, en el Centro de Cast de Telefé y con su coach personal.
Pero las inquietudes artísticas del boxeador no se acotan delante de la cámara. En su casa de Madrid se suele sentar a escribir tanto poesía como guiones de teatro. De hecho, está preparando una obra que puede llegar a verse en Argentina el año que viene.
"Vivo constantemente con proyectos. Creo que no me alcanza esta vida para poder terminar todos esos proyectos que tengo, por lo menos para llevarlos adelante más allá de poder concluirlos. Creo que la belleza de un proyecto no está en el objetivo final, sino en el tránsito", sostuvo.
T: ¿Cómo llegás a la película?
SM: A Nico Glavagno lo conocí por medio de un amigo, Diego Rosselli. A los pocos días de conocerlo, me acercó el guion y me dijo "fijate qué personaje te gustaría interpretar". Lo leí y me encantó. A los dos días le dije que me gustaría ser Claudio, el hermano del protagonista, y era justamente el que tenía pensado para mí. Lo elegí porque me gustó el papel que tenía, el rol que tiene me parece fantástico y totalmente distinto a lo que soy yo.