Las tarifas de los servicios públicos se hacen cada vez más insostenibles. Ante la promesa de ayuda por parte de los gobiernos hacia los clubes de barrio, la realidad es que al no poder pagar la luz ni el gas, las actividades quedan relegadas a su mínima expresión.

Mariano Tiramonti, integrante de la comisión directiva de San Vicente cuenta que “esta boleta es otra más. Ahora nos llegó por 112 mil pesos y antes una por 90 mil. Y venimos peleándola como podemos.”

Recordó que “con las colonias de vacaciones siempre hacemos alguna obra de infraestructura en el club. Con lo que nos ingresó este año solo pudimos pagar el gas del año pasado, que fueron dos boletas de 60 mil pesos. Ya nos la veíamos venir que vendrías boletas altas, pero nunca calculamos que llegaríamos a este monto. Se fue de presupuesto.”

“El consumo es el mismo y hasta menos, porque antes dejábamos las calderas prendidas para que quedara el agua caliente durante el fin de semana y los jubilados pudieran disfrutarla. Pero ahora tenemos que apagarla, tomar los recaudos a la noche para apagar la calefacción, y otras medidas. Así y todo, esto no rinde.”

“Los socios deben saber que tenemos problemas de gas como lo tienen ellos en sus casas. Y nosotros no podemos incrementar el valor de la cuota social para poder sanear porque sabemos que lo primero que van a hacer es dejarnos y nosotros necesitamos que la gente venga, que pague, que cumplan con todas las obligaciones del club. Pero no creo que estén ajenos a la situación. No obstante, más que eso no pueden hacer.”

• ¿Tienen algún plan para paliar esto?

• Estamos con varios planes. Hablamos con la municipalidad y estuvieron viendo a ver qué se puede hacer, qué situación podemos llegar a solucionar. Pero en el mientras tanto hay que pagarlo y ver de dónde sacar para poder hacerlo. El gas ya llegó el vencimiento, fuimos y pagamos algo, pero en algún lado va a saltar esto de sacar de un lado para pagar el otro.

• ¿Cómo vienen con la luz y el agua?

• También es un número alto: hablamos de 40 mil pesos. Pero por el otro lado está que viene la gente, todas las actividades están a full, se cumplen con las obligaciones de los profes, pero hay que tomar conciencia y ver cómo salimos de esta situación.