Jueves 25 de Abril de 2024







 04/06/2023 - SALUD
Estrés y picazón: ¿puede la ansiedad generar reacciones en la piel?

El cuerpo y la mente tienen una profunda conexión que se manifiesta a través de distintos síntomas. Desde erupciones hasta el prurito, de qué forma la salud mental se evidencia en el órgano más extenso del cuerpo


Cada vez tenemos mayor conciencia de la íntima relación entre el cuerpo y la mente. Así, sabemos que síntomas emocionales como el miedo, el estrés y la ansiedad se pueden manifestar a través de dolores de cabeza, mareos, problemas digestivos, insomnio hasta picazón. ¿Pero puede la ansiedad generar reacciones en la piel?


La doctora Paula Luna (MN 110753), médica del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán dijo a Infobae: ”La piel y el sistema nervioso están íntimamente relacionados ya que tienen un origen embriológico común. Si bien hay muchísimas causas de picazón (prurito) muchas de estas pueden estar producidas o agravadas por el estrés o la ansiedad. Por otro lado, algunas condiciones de la piel que cursan con prurito intenso (dermatitis atópica, urticaria, alteraciones renales) pueden ser la causa de gran estrés por la importante molestia que implican”, explicó la dermatóloga 


Y agregó: “Si bien existen algunas condiciones psiquiátricas que pueden ser la causa del prurito, antes de poder rotularlo como tal, los médicos debemos descartar otras causas: enfermedades dermatológicas, infecciones de la piel, medicamentos, enfermedades sistémicas (del riñón o del hígado, entre otros).


Por su parte, el doctor Rolando Salinas (MN 72241), jefe del Servicio de Salud Mental del H. Alemán, profesor de Psicología de la Salud en la Universidad Católica Argentina (UCA) explicó a Infobae: “Hay una relación evidente entre los factores psicológicos y las enfermedades dermatológicas, para algunos autores el factor psicógeno juega un rol predominante en el 30 % de los pacientes dermatológicos, eso incluye depresión, ansiedad y estrés en general”.


Para la licenciada Eva Rotenberg, psicoanalista de Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), autora de varios libros, entre ellos, “La piel. Bebés, niños, niñas y adolescentes hablan de su cuerpo”, dijo a Infobae: “Somos una unidad biopsicosocial y tenemos que pensar al cuerpo como un todo del sujeto, cuerpo y alma. Trabajé 14 años en Dermopediatría en el Hospital Ricardo Gutiérrez y había casos de dermatitis atópica, en los que los chicos se rascaban compulsivamente y se arrancaban la piel. Comprobamos que esto era una descarga emocional, semejante a comerse las uñas y expresaba una angustia. Observamos que cuando estaban, por ejemplo, con padres que discutían se producía el problema, y cuando ellos terminaban de hacerlo, dejaban de rascarse. Esto demuestra que cuando vivimos una situación de estrés o trauma y no podemos expresar lo que sentimos, ponerlo en palabras, podemos hacerlo a través de enfermedades o inclusco accidentes”.


Por qué un problema mental se refleja en la piel


El doctor Jorge Ulnik, médico psicoanalista y psiquiatra, miembro didacta de Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), profesor en la Facultad de Psicología UBA y Profesor adjunto del Dpto de Psiquiatría y Salud Mental Facultad de Medicina UBA y presidente de la Escuela Eurolatinoamericana de Psicosomática Psicoanalítica (EULAPS), explicó a Infobae que hay que tener en cuenta que la piel y el cerebro tienen el mismo origen embriológico: “Esto quiere decir que vienen de la misma capa de células, porque cuando somos un embrión o antes de ser, tenemos capas de células distintas que van a originar los distintos órganos. El cerebro y la piel vienen de la misma capa celular o estirpe celular. Entonces, la piel produce hormonas y neurotransmisores, los mismos que el cerebro, solo que en menor cantidad. Y además, la piel y el cerebro continuamente se envían mensajes”.


“Cada vez que uno recibe un abrazo o tiene calor o frío, esto llega al cerebro como una información y el cerebro produce neurotransmisores que van a cambiar el estado de ánimo de la persona. Entonces, al revés también pasa y es que situaciones generadas mental, emocional o vincularmente pueden afectar la piel porque son mediadas por los mismos factores bioquímicos. Por ejemplo, la histamina, que es uno de los neurotransmisores del prurito, de la picazón y también actúa a nivel cerebral”, afirmó el experto


“Por otro lado, existe toda una tradición desde la Edad Media en donde siempre se pensó que la función de la piel era eliminar toxinas o desechos del organismo. Y todavía uno va a veces a lugares de spa a transpirar en un baño turco con la idea de purificación. Entonces, la piel es también como una pantalla que refleja hacia afuera las emociones”, destacó el médico.



“Nos ponemos colorados cuando tenemos vergüenza, pálidos cuando nos asustamos, transpiramos cuando nos ponemos nerviosos, se nos ponen los pelos de punta como a los gatos para parecer más grandes e intimidar al predador. Tenemos muchas reacciones en la piel que son como si fueran una herencia filogenética que a nosotros no nos sirven para nada, pero que en el mundo animal son muy útiles para defenderse para pelear o para escapar. Entonces, cuando tenemos problemas mentales ocurre que muchas veces, genera emociones y las emociones, casi todas ellas, tienen una pantalla de expresión en la piel”, agregó.


Según el doctor Salinas el prurito o picazón puede ser de al menos 4 tipos:


1. Dermatológico (problemas de piel)


2. Sistémico (enfermedades generales)


3. Neuropáticos (problemas del sistema nervioso)


4. Psicógeno


“Al diagnóstico de este último se llega una vez descartadas las causas anteriores, que de todos modos pueden coexistir, ya que el estrés es capaz de empeorar los síntomas de las mismas sumándose”, señaló el médico.


En cuanto a la picazón psicógena explicó que está asociada a condiciones mentales, tales como depresión y trastornos por ansiedad. “Hay estudios que reportan alta frecuencia en pacientes consultantes en salud mental, mucho mayor que en los consultantes en dermatología, lo cual demuestra que el principal factor de riesgo en esos casos es el estrés. Los mecanismos mediadores de esta condición son complejos, pero parece ser muy importante un desequilibrio en el sistema opioide, y cambios en la piel asociados al estrés, como aumento del flujo de sangre, y mayor sudoración”, completó el especialista.


A su vez el prurito, sea o no de origen psicógeno, puede disparar síntomas psíquicos en personas predispuestas, señaló el doctor, un ejemplo de ello es el de los síntomas compulsivos de rascado, con producción de lesiones.


El doctor Ulnik destacó que hay publicaciones que dicen que dos tercios de la población que consulta por enfermedades crónicas de la piel tienen algún tipo de condición psiquiátrica. Pero aclaró: “Esto no significa que tener una enfermedad de la piel es un indicador de que la persona está loca. No, para nada. No es eso lo que la conclusión hay que sacar. Sino que sufrir picazón, tener alterada la imagen corporal, marcas indeseables en la piel, produce depresión, ansiedad y estresa”.


¿Cómo saber si el estrés es la causa?


Luna afirmó: “El estrés como causa de prurito se diagnostica “por descarte”. O sea, solo una vez que se han descartado otras causas. El tratamiento del mismo será encarado de manera interdisciplinaria con psicólogos especializados (psicodermatologos) o eventualmente psiquiatras”, finalizó la doctora Luna desde el punto de vista de la Dermatología.


Salinas respondió: “Cuando la picazón se vuelve molesta, provocando alteraciones del ánimo, del descanso, o lesiones de rascado, y se han descartado otras causas por parte de los especialistas, es aconsejable consultar en un servicio de salud mental, ya que el síntoma puede recibir tratamiento efectivo, en general psicofarmacológico y psicoterapéutico integrado”.


Ulnik destacó la importancia de una buena entrevista médica y médico-psicológica, “conociendo la relación entre los hechos de la vida y la aparición de los brotes de la enfermedad o de los momentos de más picazón o de la aparición de ronchas de urticaria, porque ocurre que uno puede ser alérgico a cualquier alergeno, al polen de las flores o un alimento, pero también hay personas que han descubierto que tienen como “alergia” a una situación determinada familiar o a cierta persona. Eso se puede explicar por mecanismos químicos o físicos, pero también por mecanismos emocionales. Se trata en equipo, con psicoterapia y medicamentos que son contra la picazón”, concluyó.


La licenciada Rotenberg, finalmente, indicó el psicoanálisis grupal como opción de tratamiento, donde la persona afectada puede empezar a relacionarse y a poner en palabras su angustia. “La enfermedad es un producto de esa angustia sin ligadura, es decir, que no se puede expresar con palabras. Las heridas del alma no se curan con remedios, sino con terapia, y realmente se curan”, enfatizó.


 


FUENTE: INFOBAE.











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