Mientras se disputa un atractivo Mundial de Clubes, con goles, duelos tácticos atrapantes y la tecnología al servicio del VAR y de los protocolos climáticos para detectar tormentas eléctricas que puedan perjudicar a los protagonistas, en la Copa Argentina el árbitro debe seguir dirigiendo sin monitor. Y, salvo entonces que sea ayudado por un juez de línea o el cuarto árbitro, no tiene chances de enmendar sus errores. Eso le sucedió a Sebastián Zunino cuando iban 17 minutos del primer tiempo.
Independiente mantuvo su estilo protagonista y en uno de los intentos, llegó el agarrón grosero de Diego Mondino sobre la espalda de Avalos, le estiró la camiseta de manera sostenida y el 9 cayó: fue penal, pero Zunino no lo advirtió. “¡Hasta vos lo viste desde acá!”, fue el reclamo de Julio Vaccari al cuarto árbitro, José Díaz.
Gimnasia hizo un muy correcto primer tiempo ya que no salió a defenderse, pese a la línea de cinco defensores, sino que le había mandado mensajes al Rojo de que iba a mostrar criterio para atacar y generar situaciones de gol con movimientos coordinados y ensayados. Antes de ponerse en ventaja, había inquietado con una volea de Andrada que desvió Rey y que no pudo redireccionar del todo bien Lencioni en el rebote.
La apertura del marcador llegó a los 29 minutos, con una serie de rebotes luego de un córner desde la derecha y un centro atrás de Ismael González que punteó Diego Mondino para el 1-0. Si bien en esa acción Rey había rechazado con los puños, luego se quedó (al igual que Marcone) reclamando algo en la jugada en lugar de seguir involucrados en la defensa de la pelota. Y los dos centrales del conjunto mendocino aportaron asistencia y gol para ponerse arriba y dar la sorpresa.
Santiago Montiel, recostado a perfil invertido sobre la derecha, fue el más participativo a la hora de atacar en el Rojo durante la primera etapa, aunque fue víctima de infracciones repetidas y no estuvo fino en los pases finales. De un centro suyo llegó una chance clara con un cabezazo de Tarzia desde el punto penal que se fue cruzado. Luego se contabilizaron un par de zurdazos de Angulo y Avalos, pero poco más. A Cabral lo neutralizaron bien entre Antonio y Muñoz, doblándole la marca. Pese a tener el 72% de la posesión del balón, al Rojo le faltó claridad para generar situaciones más favorables.
Para el segundo tiempo, Vaccari puso a Enzo Taborda (extremo derecho) por Tarzia. Y en cuatro minutos el jugador de 24 años generó a puras gambetas una jugada de desequilibrio por la izquierda y su centro desencadenó en el penal de Saavedra a Cabral, esta vez bien sancionado por Zunino. Santiago Montiel lo cambió por gol con un zurdazo que se metió arriba, en el centro del arco. Eso pareció “activar” a Cabral, que enseguida metió un taco en el área y asistió a Lomónaco para un zurdazo desde afuera del área que se fue apenas por encima del travesaño. El 10 también exigió al arquero Rigamonti luego de recibir un pivoteo de Avalos y con otro remate que fue desviado cuando iba en dirección al arco por Mondino.
La otra modificación que hizo Vaccari fue el ingreso de Pablo Galdames por Vera, corriéndose Loyola a la posición de lateral derecho, un movimiento táctico habitual en el ciclo del DT y que le iba a dar resultados. Y las últimas apuestas fueron los ingresos de Federico Mancuello por Marcone y Matías Giménez por Avalos. Gimnasia de Mendoza contrarrestaba con un 5-4-1 ahora sí más defensivo cuando no tenía el balón.
La última palabra la tenía Angulo, el de los goles importantes ante Racing y Boca, el lateral que atacó el espacio y llegó a convertir con un cabezazo a la altura del segundo palo luego del centro del otro lateral, ahora Loyola, con una gran asistencia pinchada para el 2-1 final. Pero toda la jugada colectiva fue muy buena, de izquierda a derecha y desde la derecha al gol. Cuando parecía que ya no había tiempo para ganarlo, la llave la encontró Independiente con los dos laterales, atacando (y definiendo). Estilo 100% Vaccari.
Gimnasia (M) 1 - 2 Independiente | El resumen por la Copa Argentina