Esta curiosa memoria es prácticamente indestructible, ya que puede soportar temperaturas de hasta 1000°C, radiación cósmica y fuertes impactos.

El dispositivo de cristal, llamado Memoria 5D, utiliza dos dimensiones ópticas y tres coordenadas espaciales para escribir datos en el material. Esta técnica permite una densidad de información sin precedentes de hasta 360 terabytes, el equivalente al mapa genético de toda la vida en la Tierra.

Con este descubrimiento, los investigadores imaginan un futuro lejano en el que la ciencia permita reconstruir organismos solo a partir del ADN. El mapa del genoma almacenado en este cristal eterno podría proporcionar un modelo a prueba de fallos. Además de revivir a los humanos, los cristales también podrían preservar los genomas de especies animales y vegetales amenazadas por el cambio climático, la pérdida de hábitats y otras crisis medioambientales.

“La clave visual inscrita en el cristal permite saber qué datos hay almacenados en su interior y cómo podrían utilizarse”, explicó el profesor Peter Kazansky, director de la investigación. Esta clave representa la estructura molecular básica de los pares de bases de ácido nucleico del ADN, cómo forman la icónica estructura de doble hélice, e incluso un guiño a los famosos diagramas de la Placa Pioneer que llevaron las sondas interestelares de la NASA para representar la vida en la Tierra.

Los investigadores ya guardaron la primera de estas copias de seguridad de cristales genómicos en un archivo subterráneo de una mina de sal de Hallstatt (Austria), destinada a preservar los registros de la civilización humana. En lo que respecta a los conceptos de ciencia ficción, revivir las especies de la Tierra a partir de estos cristales de datos puede resultar todavía un tanto imposible. Sin embargo, es emocionante pensar que nuestros descendientes dentro de miles de años, u otra forma de vida inteligente, puedan descodificar nuestros planos de ADN.

Otro aspecto revolucionario de este descubrimiento es que sus creadores decidieron compartir de manera abierta el diseño, lo que permitirá que otros investigadores puedan replicarlo y trabajar en su mejora.

El cristal de cuarzo indestructible inaugura una nueva era en la forma en que se almacenan y protegen grandes volúmenes de información. Con su increíble capacidad y durabilidad, este avance podría cambiar para siempre la manera en que la humanidad preserva su conocimiento, y aún quedan muchas preguntas por responder: ¿Qué información será considerada digna de ser preservada por milenios? ¿Serán futuras civilizaciones o inteligencias artificiales quienes descifren lo que hoy almacenamos? Y además, genera debates éticos y científicos que deberán ser abordados en algún momento.