Vélez se parece cada vez más a lo que busca Guillermo. El equipo de los Barros Schelotto continúa dando pasos firmes en la construcción de una identidad clara: presión alta, juego asociado, amplitud ofensiva y protagonismo. Pese a que empató 0-0 frente a Instituto, mostró una de sus mejores versiones en cuanto a funcionamiento colectivo, aunque no logró reflejar en el marcador.

En el Amalfitani, Vélez fue ampliamente superior durante gran parte del encuentro. Con una postura dominante y ofensiva, construyó sus mejores ataques a partir del desequilibrio por las bandas. Los extremos, Imanol Machuca y Maher Carrizo, fueron los jugadores más incisivos, llevando el peligro de manera constante al área rival.

Durante el primer tiempo, el Fortín generó múltiples situaciones claras de gol. La más importante llegó a los 24 minutos: tras una gran jugada individual de Machuca, que desbordó por derecha y envió un centro bajo, Brian Romero controló y remató cruzado. Allí apareció Manuel Roffo, figura del encuentro, con una doble intervención espectacular. Primero desvió el disparo con la pierna, y luego reaccionó con rapidez ante el remate de Carrizo en el rebote.