Miercoles 11 de Diciembre de 2024 |
27/11/2024 - SOCIEDAD
Las aterradoras amenazas que sufren dos hermanas en Pinamar: “Las voy a matar, y a vos te voy a violar y tirar en una zanja” Jimena (38) y Agustina (20) viven en Pinamar. Son acosadas e intimidadas por un hombre en situación de calle, que ocupaba un baldío al lado del comercio donde trabajan. “Se puso más violento cuando lo denunciamos a la policía”, aseguraron. Las hermanas Jimena (38) y Agustina (20) Ocampo pasan por un verdadero infierno en Pinamar, donde viven y trabajan, por el acoso y las amenazas que reciben de un hombre en situación de calle que ocupaba un terreno baldío ubicado al lado de un comercio de artículos de playa, que es propiedad de la familia de ellas. Al agresor, identificado por la policía local como Gastón Lisovich, los vecinos lo conocen con el apodo de “Júpiter”. Si bien todos coinciden en que llegó a esa ciudad balnearia hace 15 años, los últimos cuatro lo veían asentado en un lote deshabitado sobre la avenida Constitución al 1300. En los últimos meses, incluso, se mostraba acompañado por otro hombre, con quien tuvo una feroz pelea a mediados de año. “Él y otros hombres en situación de calle dormían ahí, pero no teníamos problemas. Abríamos el local, ellos se corrían y luego regresaban a dormir por las noches”, relató Jimena. Sin embargo, esa convivencia se quebró cuando Lisovich agredió a su compañero con un cuchillo y ese altercado marcó el inicio de su violento comportamiento. Preocupadas por la seguridad del otro hombre y la de ellas mismas, llamaron a la policía. “Les pedimos que lo sacaran. Llegó un patrullero, los efectivos le revisaron sus cosas, encontraron un cuchillo y lo obligaron a irse”, recordó Jimena. Sin embargo, la intervención policial fue el punto de quiebre. “Desde entonces, nos odia. Nos culpa porque llamamos a la policía y le sacaron todo lo que tenía. Nos dice que lo arruinamos y que nos va a matar por eso”, confesaron las mujeres. El enojo de Lisovich pronto se transformó en una serie de amenazas y actos intimidantes hacia ellas. El viernes pasado, por ejemplo, irrumpió en el local comercial donde Jimena y Agustina estaban trabajando con un cuchillo en la mano, gritándonos barbaridades. “Me dijo que me iba a matar como al otro hombre y que a mi hermana la iba a violar”, contó Jimena con voz temblorosa. Agustina, quien también estaba presente en ese momento, relató el miedo que sintió en ese momento: “No sabíamos qué podía hacer. Mi hermana trató de calmarlo diciéndole que se fuera, pero seguía insultándonos. Nos dijo cosas terribles, como que éramos unas trolas y que nadie nos iba a proteger”, explicó. Esa misma noche, que era la víspera del fin de semana largo, Agustina lo encontró en el centro de Pinamar mientras regresaba a su casa, en la esquina de Bunge y Marco Polo. “Me reconoció entre un grupo de amigas. Empezó a gritar que me iba a violar, a matar y después a tirar en una zanja, que nadie me iba a encontrar. Me asusté mucho. Desde entonces no puedo salir sola”, afirmó. “Me dijo ‘sé donde encontrarte. Si no es en tu local, es donde vivís. Yo no estoy solo, te voy a hacer desaparecer. Son unas ortivas vos y tu hermana por venderme’. Está enojado porque lo denunciamos”, agregó. Por culpa de este hombre, la vida de las hermanas cambió drásticamente. Agustina, que solía moverse sola por la ciudad, ahora depende de su hermano mayor para ir a cualquier lugar. “Vivo a pocas cuadras del centro, pero ya no camino sola. Él me acompaña a pilates, al banco o incluso a la casa de una amiga que queda cerca. Tengo miedo de cruzármelo”, confesó. Jimena, quien vive arriba del local junto a su esposo y sus dos hijas, también tuvo que modificar sus rutinas. “No salimos después de cierta hora. Cuando llevo a mis hijas al colegio, lo hago con mucho cuidado. En el local trabajamos con miedo de que aparezca otra vez”, explicó. Tras la presentación de tres denuncias por parte de la familia Ocampo, la justicia emitió una restricción perimetral el 20 de noviembre, a raíz de la petición hecha por la Unidad Funcional de Instrucción Descentralizada Número 5. La medida dispuso que Lisovich no pueda permanecer a menos de 200 metros de las hermanas Ocampo y su grupo familiar, y además, estableció que se debe abstener de intimidarlas y hostigarlas. La policía de Pinamar, según las hermanas, actúa rápidamente cuando se la llama, pero el problema de fondo persiste. “Aparentemente, el hombre tienen problemas pisquiátricos. No hay un lugar donde puedan internarlo. La semana pasada, cuando lo llevaron al hospital, le pegó a una enfermera y se escapó”, señaló Jimena. Hasta que llegue una solución concreta, las mujeres lamentan tener que vivir prácticamente encerradas. “No podemos salir tranquilas. Es una pesadilla”, aseguró Jimena. Agustina, por su parte, ansía recuperar lo antes posible su rutina. “Quiero volver a caminar sola por Pinamar, como siempre lo hice. Pero hasta que él no esté lejos, eso es imposible”, afirmó. Frente a esta situación, decidieron recurrir a un método casero de protección. “Compramos gas pimienta, pero sabemos que eso no es suficiente. Él está cada vez más violento”, señaló Jimena. El caso de las hermanas Ocampo no es aislado, pero es el que más escaló en violencia por parte de Lisovich. Vecinos y comerciantes lo acusan de romper vidrios, robar en locales y amenazar a personas en la vía pública. “Rompió los vidrios de una librería y se llevó algunos libros. Otro día entró a un edificio y le dijo a una mujer que la iba a robar. Es una amenaza constante”, relató Jimena. La comunidad teme que la situación se agrave con la llegada de la temporada turística. “Si esto no se resuelve ahora, va a ser un problema para todos. Es un peligro para los vecinos y especialmente para los turistas que no lo conocen”, concluyó Agustina al referirse a la falta de políticas públicas para tratar a personas con problemas de salud mental en situación de calle. Losuvich tiene prohibido acercarse a las hermanas Ocampo desde el 20 de noviembre pero no lo cumple El Hospital de Pinamar, según las víctimas, no cuenta con recursos para atender a pacientes psiquiátricos, y las autoridades municipales aún no ofrecieron una solución definitiva. “Él necesita ayuda, pero mientras tanto es un peligro para todos”, dijeron con preocupación. Infobae se comunicó con el Secretario de Seguridad de Pinamar, Sebastián Berardone, quien confirmó que Lusovich “tiene problemas psiquiátricos y se encuentra internado de manera preventiva en el hospital con custodia policial, desde este lunes”. El funcionario municipal aseguró que “van a derivarlo cuando encuentren cupo” en algún centro de salud mental provincial. Más allá de esta promesa, las hermanas siguen viviendo con preocupación. “Si ya se escapó una vez, puede volver a hacerlo. Él no entiende que tiene una restricción perimetral. Necesitamos que lo trasladen de Pinamar urgente. Queremos recuperar nuestra rutina y volver a estar tranquilas”, concluyeron. |
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