El equipo de investigación exploró en un inicio la idea de encapsular una gota esférica con partículas, pero luego optó por recubrir un cubo de hielo con partículas y fundirlo. Este enfoque mejoró su resistencia y adaptabilidad para moverse libremente tanto en superficies acuáticas como en terrenos sólidos.
Según sus desarrolladores, el sistema puede soportar compresiones intensas, caídas desde alturas considerables y recuperar su forma original, imitando el comportamiento de una gota de líquido.
Además, como su diseño se basa en la capacidad de las células biológicas, puede dividirse, fusionarse y capturar sustancias extrañas. Esto lo convierte en una herramienta versátil para tareas que requieren adaptabilidad en entornos desafiantes.
Para qué podría servir un robot líquido
Este avance tiene el potencial de transformar múltiples campos:
- Medicina: podría utilizarse para la administración dirigida de fármacos, al poder llevar medicamentos a zonas específicas del cuerpo humano con precisión sin precedentes.
- Exploración: su capacidad para moverse en terrenos complejos lo hace ideal para misiones de rescate en zonas de desastre o para la exploración de entornos hostiles, como cuevas o áreas submarinas.
- Industria: en entornos industriales, podría manipular sustancias peligrosas o realizar tareas en espacios reducidos y de difícil acceso.
El desarrollo de este robot líquido, publicado en la prestigiosa revista Science Advances, fue liderado por los profesores Ho-Young Kim, Jeong-Yun Sun y Keunhwan Park. Su trabajo no solo representa un avance técnico, sino también un paso hacia la creación de sistemas robóticos que imiten la versatilidad de los organismos vivos.
Este robot líquido es un ejemplo de cómo la inspiración en la ciencia ficción puede convertirse en realidad y abrir puertas a tecnologías que antes parecían imposibles. Con su capacidad para adaptarse y superar obstáculos, este invento promete ser un pilar en la robótica del futuro.