No han pasado cosas muy particulares como ha sido la pandemia, cuestiones donde uno nunca pensó que iba a tener que tomar decisiones y el Concejo tuvo un rol ahí.

“Y después acompañando la dinámica que tiene la ciudad, con características distintas a las que tienen otras ciudades y que tiene que ver con el desarrollo, con el crecimiento que van con la propia expansión de la ciudad como la construcción. Hay que poner mucho cuidado y entender cómo va una sociedad que va cambiando y ver y tratar de ir en el mismo sentido”.

“Es trabajoso y por cierto lo es más cuando uno legisla y pertenece al partido gobernante. Como pasa en todos los casos a la hora de hacer un balance siempre aparecen hechos de los que uno se arrepiente.

Luego es la realidad la que nos va marcando su ritmo y vemos que nos han quedado cosas en el tintero, que pueden ser por diversos motivos. Quizás uno de ellos es el de generar un nuevo Código tributario”, ejemplifica.

Tal cual es su concepto de prolijidad Pizzolito quiere dejar todo en orden para sus sucesores.

“El Concejo tiene momentos, uno entiende que siempre se puede ser más productivo en este mismo tema que hablábamos hace un rato, con el digesto del Código Tributario pasan un montón de áreas dentro de la legislación y que tiene un montón de ordenanzas que van quedando en desuso, que no son parte de una solución para la dinámica de hoy y eso requiere mucho trabajo. Creo que se podría ordenar todo ese universo de ordenanzas que hemos sido sacando, por lo menos, en los 8 años que me tocó a mí”, concluye.

Ahora viene la última etapa de su adiós, que es poner al tanto a los nuevos concejales de su partido acerca de los diversos temas que han quedado sin tratamiento.