La diabetes suele estar asociada a factores como sobrepeso, obesidad, mala alimentación, sedentarismo y antecedentes familiares de diabetes tipo 2, aunque también existen formas autoinmunes como la diabetes tipo 1, que afectan frecuentemente a la población pediátrica.
Entre los síntomas de alerta se encuentran:
- Falta de energía
- Aumento de la sed
- Polidipsia y poliuria
- Hambre excesiva
- Pérdida de peso
- Visión borrosa
- Infecciones frecuentes
- Heridas que tardan en sanar
Tratamiento: tres pilares fundamentales
Una vez diagnosticada, la diabetes cuenta con un tratamiento, que se sostiene sobre tres ejes principales:
- Insulina, para reemplazar la que el cuerpo no produce o utiliza de manera ineficiente.
- Estilo de vida saludable, con alimentación adecuada y actividad física regular.
- Control y monitoreo de la glucemia, tanto en casa como en visitas periódicas al equipo médico.
La Dra. Agustina García Villar, (M.N. 126.674), del área de Nutrición y Diabetes del Servicio de Pediatría del Hospital Británico, destaca que en los últimos años hubo avances significativos en diagnóstico y tratamiento.

El diagnóstico temprano y el control glucémico adecuado son fundamentales para prevenir complicaciones agudas y crónicas, como enfermedades cardiovasculares, daño renal, neuropatía y retinopatía.
Avances: diagnóstico más temprano y terapias innovadoras
“Hoy sabemos que el diagnóstico precoz, a través del tamizaje de anticuerpos, permite detectar la diabetes antes de que aparezcan complicaciones agudas. El 30% de los pacientes pediátricos con diabetes tipo 1 debuta con cetoacidosis diabética, una complicación crítica causada por el déficit de insulina”, explica la especialista.
Las guías ISPAD y ADA Standards of Care 2025 recomiendan implementar tamizaje de anticuerpos en poblaciones seleccionadas, ya que permite identificar a los pacientes en estadio preclínico (estadio 2) y prevenir cuadros graves.
García Villar también señala que “el posible uso de Teplizumab, un anticuerpo monoclonal aprobado por la FDA en 2022, puede demorar el inicio clínico de la diabetes tipo 1 en personas de 8 años o más que se encuentran en estadio 2. Si bien aún no fue aprobada por ANMAT, esta terapia representa una herramienta terapéutica con gran potencial.”
La especialista destaca además la revolución tecnológica en el monitoreo y el tratamiento: “Los sistemas de monitoreo continuo de glucosa y las bombas de insulina automatizadas representan otro hito. Son seguros, eficaces y reducen significativamente la carga mental que implica vivir con esta condición”, afirma García Villar.
Estos dispositivos permiten un control más estable, con menos hipoglucemias y mejor calidad de vida.
















