Los primeros minutos fueron a pura fricción en el medio, pero la visita fue quien primero encontró algún hueco para generar peligro o al menos alguna falta que le permita complicar al área del Malevo. La pelota detenida fue lo que tuvieron más a mano en la primera media hora de juego. Facundo Bruera tuvo el 1-0 de cabeza por esta vía a los 25', pero le faltó un poco de puntería.

Al juego fuerte se le sumó la lentitud para reanudar ante cada vez que se frenaba el juego. Por el calor o como estrategia, el fútbol fue cortado durante todo el primer tiempo. Ninguno de los dos tuvo la intención de mostrar dinámica y Nicolás Ramírez, el árbitro, cobró muchas faltas, algo que no ayudó en este sentido.

Las pocas jugadas en las que hubo algo de circulación y se mostró algo distinto pasaron por los pies de Barracas. La primera mitad se fue sin dejar acciones claras de gol y con dos equipos que apostaron al error rival y a las segundas pelotas.

En el inicio del complemento el local se permitió adelantarse algunos metros y le devolvió la paridad al encuentro, aunque la sequía de ocasiones de gol se mantuvo firme en esta etapa. Recién a los 19', tras una combinación entre Herrera y Alonso fue que Riestra tuvo un mano a mano con Miño, que reaccionó perfecto y salvó a la visita.

Barracas parecía encarar mejor los minutos finales, pero a los 37' llegó una pésima noticia. Iván Guaraz, de solo 20 años, acababa de ingresar cuando le pegó un durísimo codazo a Jonatan Goitía y se fue expulsado. Ramírez no dudó en sacarle la roja directa, tras una infracción fuera de contexto.

El segundo tiempo también se fue con el resultado en cero, pero con un balance algo más positivo para Riestra. El local se mostró más entero desde lo físico y encontró mejores respuestas desde el banco. Estuvo cerca de ganarlos en dos o otres oportunidades, pero no logró impedir que el partido se vaya al alargue.

A los 6' del primer tiempo extra, Bruera - que había partido en posición adelantada - le pegó con la planza en la mano a Nacho Arce, que enseguida se sacó el guante, mostró su dedo aparentemente fracturado y tuvo que ser reemplazado. El encuentro se demoró varios minutos por la atención al arquero de Riestra y sus protestas. "Mala leche, hijo de p...", gritaba el portero mientras lo retiraban para que ingrese Nahuel Manganelli.

En el entretiempo se dio una situación particular. Cuando debió ser un simple cambio de lado, los jugadores de Barracas se acercaron al banco, se sentaron en el césped y estuvieron varios minutos descansando, pese a los llamados del árbitro.

El complemento mostró todo el cansancio acumulado en ambos equipos, que por más de haber realizado sus cinco modificaciones cargaban con casi dos horas de juego bajo un sol ardiente. Pero el fútbol, hasta cuando parece no haber aire, siempre aparece. Y Tomás Porra fue el encargado de la magia. El volante hizo la jugada de su vida, dejó a tres jugadores en el camino después de partir desde el círculo central, la picó ante la salida del arquero y, cuando la pelota se metía al arco, la empujó Nicolás Blandi para poner el 1-0 a los 116'.

Barracas se impuso en un choque complicado y desgastante. Ahora esperará en cuartos por el ganador de Unión y Gimnasia. Si gana el Tatengue, el choque será en Santa Fe. Si lo hace el Lobo, se jugará en el estadio Claudio Chiqui Tapia.