Sábado 21 de Diciembre de 2024 |
25/09/2024 - SOCIEDAD
Una imagen impactante en medio del incendio en Córdoba: las llamas consumieron un santuario, pero una Virgen quedó intacta “Estaba hirviendo, pero sin ningún daño”, relató el fotógrafo que retrató a la figura religiosa entre el fuego, las cenizas y ruinas En medio de los devastadores incendios que afectan a la región de Punilla, un hecho sorprendente captó la atención de la comunidad. Las llamas arrasaron con el Centro Mariano del Espíritu Santo, ubicado entre Ongamira y Quebrada de la Luna, pero la imagen de la Virgen María permaneció intacta entre las cenizas y ruinas. El fotógrafo Ariel Luna, de InfoCórdoba, habló y explicó el paso a paso de cómo pudo capturar semejante imagen que se hizo viral. “Era la madrugada del lunes y estaba buscando algún foco de incendio para ir a fotografiar en plena nocturnidad. Y con un colega vimos que en Ongamira había más reflejo del fuego y fuimos unos 12 kilómetros, montaña adentro”, recordó. A medida que se aproximaba a la zona de mayor intensidad, observó como un grupo de autoevacuados se le acercaba y le decían que se estaban prendiendo fuego unas cabañas y el santuario mariano. “No hay bomberos ni nadie que lo pueda apagar”, le advertían desesperados los lugareños a Luna mientras veía como avanzaba el foco ígneo. Y hacia allí fueron. “Dejamos que pase el frente del fuego y nos encontramos con una estructura en llamas. El impacto visual que generaba ese lugar ardiendo era muy fuerte, veíamos cómo arrasó con toda la madera de las paredes y solo quedaban unos palos encendidos”, rememoró. Luego de unos siete minutos, empezó a hacer las fotos del lugar, sin todavía avistar a la estatua que se hizo viral. “Era muy difícil, ya que por el humo y las cenizas se dificultaba poder ver y enfocar a la distancia, por eso trabajé adentro del fuego, sin lentes de fotografía grandes, sino los cortitos, en primer plano”, agregó. Y, entre las chispas, ocurrió lo inesperado, algo que luego tomaría -por la repercusión de sus imágenes- un carácter casi divino. “Empecé a vislumbrar entre el humo una figura blanca, pero era imposible acercarse por el fuego”, comentó. Y luego ocurrió “el milagro”: un repentino cambio del viento lo ayudó a poder acercarse a lo que reconoció como una estatua de la Virgen María. “No quedaba nada del santuario, solo ella, cuando fui a hacer la foto, la vi totalmente blanca, como si antes no estuviese allí y la hubiesen depositado recientemente”, reveló. Lo que más le sorprendió a este avezado reportero, que ya tiene experiencia en retratar incendios forestales, es que la figura de yeso no tenía ninguna mancha de hollín, ni siquiera estaba tiznada, a diferencia de otra imagen santa que se había hallado recientemente en Los Cocos. “Esa había quedado amarronada, acá está tal cual, por eso para los creyentes fue impactante”, comentó Luna, y agregó que la virgen no fue desplazada del lugar. Y él busca acercarse nuevamente. “Voy a intentar entrar hoy, si el fuego me lo permite, en esa zona”. Luna se confiesa creyente (”aunque desde hace 15 años no voy a misa”) y destacó que “jamás hemos tenido una repercusión de estas características, el ferviente lo tomó de una manera inusual, ninguna cobertura de este incendio tuvo tal magnitud mediática, la foto que está dando vuelta por todos lados”, explicó sobre el furor en las redes que despertó la imagen de su autoría. Ante la pregunta si pudo acercarse a la Virgen y tocarla para intentar entender por qué la figura no sufrió daño alguno, respondió. “Mi compañero me dijo eso, ´tocala´, estaba hirviendo, pero no tenía absolutamente ningún daño”. Y agregó cómo fue el sorpresivo encuentro divino: “Primero vi su silueta oscura, entre las llamas, y saqué varias fotos, y después lo hago con flash y la veo así, ni marrón estaba: recién había pasado el fuego vivo, había arrasado con todo”. Él ya había estado desde los primeros momentos del voraz incendio, retratando lo que ocurría en distintas localidades de Córdoba. Y pudo retratar el “minuto cero”, cuando las llamas, que provenían desde Dolores, atravesaron el cruce limítrofe con Capilla del Monte y cruzaron la ruta 38, que quedó cortada por el paso del fuego. Mientras tomaba las fotos, las estructuras de madera a su alrededor seguían ardiendo, los palos seguían cayendo y su compañero le advirtió que saliera del lugar para evitar quemarse. Para Luna, haber capturado esta imagen no fue una casualidad. “Me enteré de que hay gente que le reza a la imagen y que creen que se trata de un milagro”, reveló el reportero gráfico.
La comunidad local y quienes vieron la imagen en las redes expresaron su asombro e interpretaron la imagen como un símbolo de esperanza en medio de la tragedia. Los incendios en CórdobaEl fuego no da tregua en Córdoba. Esta mañana se mantienen activos cuatro focos activos, según confirmó Roberto Schreiner, vocero de la Secretaría de Gestión de Riesgos de la provincia. “Tenemos activo el incendio de Salsacate, allí donde está Quebrada La Mermela, están trabajando aproximadamente 150 bomberos, con gente del Etac, del Plan del Fuego, Protección Civil”, indicó Schreiner a Pérfil Córdoba. El funcionario informó que cerca de 250 efectivos trabajan en un foco entre Villa Berna y Villa Alpina, en Calamuchita, “que no se puede controlar”. A su vez, resaltó que el incendio iniciado en Capilla del Monte se ramificó en dos direcciones. “Hacia el oeste va dirigiéndose para el lado de San Marcos, que llegó anoche a San Marcos Sierras. Se evitaron que se quemaran las viviendas. La otra parte del incendio está también para el lado de Capilla del Monte. Allí hay riesgo de interfase, están todos los bomberos trabajando”, precisó. Y añadió: “Una parte de esta ramificación fue para el lado de las Sierras Chicas, de Ongamira hacia el sur (lugar donde se ubicaba el santuario que encabeza esta nota). Al norte de La Granja hay trabajando 120 bomberos, más los 400 que están aquí en la zona de Capilla del Monte”. Solo en cinco días se perdieron más de 16.000 hectáreas por los incendios forestales en la provincia de Córdoba. El fuego se concentró en tres zonas: Chancaní, Villa Berna y Punilla. Desde que se reavivaron las quemas, la gente no duerme en estos lugares: saben que una ráfaga de viento alcanza para que cualquier chispa prenda los pastizales secos. |
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