Jueves 25 de Abril de 2024







 22/05/2023 - SALUD
Depresión y ataque de ansiedad: qué son y cómo se tratan las patologías que padece Karina, La Princesita

Según la Organización Mundial de la Salud, ambas enfermedades afectan, en todo el mundo, a casi mil millones de personas. Cuáles son los síntomas y por qué es importante acudir a un especialista


Hace escasas horas, Karina, “La Princesita”, confesó que se encuentra bajo tratamiento por depresión y que, además, sufre de ataques de ansiedad y pánico. “Pienso que es un proceso. El día de mi cumpleaños empecé a hablar del tema porque sentí que ya me estaba ocupando y necesitaba decirlo”, dijo la artista, quien pidió comprensión ante sus cambios de ánimo. “Hay mucha gente que lo vive pero no es común escucharlo de gente conocida”, señaló la cantante y destacó que se encuentra en tratamiento con psicólogo y psiquiatra. 


Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la depresión es un trastorno mental común y se estima que en todo el mundo el 5% de los adultos la padecen”, cifra que se traduce, “a escala mundial, en aproximadamente 280 millones de personas”. En ese sentido, destacaron que esta patología “afecta más a la mujer que al hombre”, ya que es un “50% más frecuente entre las mujeres”. “En todo el mundo, más del 10% de las embarazadas y de las mujeres que acaban de dar a luz experimentan depresión”, destacaron.


En tanto, en lo que se refiere los ataques de ansiedad y pánico, el ente sanitario internacional aseguró que, en 2019, 301 millones de personas sufrían un trastorno de ansiedad, entre ellos 58 millones de niños y adolescentes. Sin embargo, de acuerdo al Informe Mundial de Salud Mental de esta misma organización, difundido en “la depresión y la ansiedad aumentaron un 25% en el primer año de la pandemia”, con lo cual la cantidad de personas afectadas por estas patologías “asciende a casi 1.000 millones”.


Qué es la depresión


El doctor Ricardo A. Rubinstein, médico psicoanalista y miembro titular en función didáctica APA-Full member Internacional, explicó a Infobae que “la depresión es un trastorno mental frecuente”. Es que la depresión quita las ganas y ubica al individuo en una anhedonia, es decir que lo posiciona con una incapacidad de sentir placer, con lo cual torna totalmente contraproducentes los mensajes bienintencionados. 


El doctor Marcelo Cetkovich, psiquiatra, director médico de INECO y vicepresidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP) señaló: “Las personas tienen ideas distorsionadas respecto de las razones por las que alguien desarrolla un cuadro depresivo. Esto se traduce en una gran cantidad de prejuicios: se cree que es una cuestión de voluntad, se le dice ‘ponete la pilas, hacé ejercicio’. Hay que comprender que existen determinantes complejos para el desarrollo de esta enfermedad, se trata de una trama compleja de interacción de factores biológicos, genéticos, psicológicos y medioambientales que llevan a la depresión”.


“Es una enfermedad que afecta el ánimo, la concentración y la capacidad de disfrutar. Muchas veces, se considera que una persona que está deprimida podría salir adelante simplemente ‘con voluntad’ y esto no es así, porque justamente la depresión es ‘la’ enfermedad de la voluntad y energía. Esto, a su vez, provoca pensamientos negativos acerca de uno mismo y de las decisiones que se toman, por lo que la persona se siente insegura y tiende a aislarse”, explicó la doctora Teresa Torralva, psicóloga, doctora en Medicina y jefa de Neuropsicología de la Fundación INECO.


Es por este motivo que Cetkovich recalcó: “Las soluciones simplistas y voluntaristas de moda son contraproducentes e implican un desconocimiento profundo de lo complejo de las causas de la depresión. Esta enfermedad -que no es el mero estar triste por una causa que lo justifica y es bien diferente de lo que sentimos cuando perdemos a un ser querido- está determinada por una intrincada red de factores causales”.



“Hoy en día sabemos que el estrés juega un rol fundamental, pero no es la única causa. La ciencia ha confirmado la idea de que lo que te ocurre cuando sos un niño, marca la forma en la que vas a procesar los problemas en tu vida adulta. En todo caso es importante señalar que estamos frente a una verdadera enfermedad, y no una forma de encarar la vida”, agregó el director médico de INECO. En ese tono, Rubinstein remarcó la importancia de pedir ayuda, ya sea a seres queridos o a especialistas para aliviar y contener este tipo de situaciones.


Por su parte el doctor Juan Eduardo Tesone, médico UBA psicoanalista y psiquiatra, de la APA comentó a Infobae acerca de la diferencia de género en cómo viven la depresión: “Quizá los hombres tienen más dificultad en pedir ayuda psicológica en caso de depresión, por la influencia cultural que tiene. Esto es fuertemente de época, creo que está cambiando porque está cambiando y cada vez más hombres consultan pidiendo ayuda psicológica, sobre todo aquellos que no se encierran en esa expectativa cultural que el varón, entre comillas, tiene que ser fuerte y no dejarse de algún modo influir por estados de ánimo”.


Cuáles son los síntomas de la depresión, según la OMS


La Organización Mundial de la Salud resumió los síntomas tipologías de la depresión. Siendo que, “en un episodio depresivo, la persona experimenta un estado de ánimo deprimido (tristeza, irritabilidad, sensación de vacío) o una pérdida del placer o del interés por actividades”. “Un episodio depresivo es distinto de las variaciones habituales del estado de ánimo. Estos episodios abarcan la mayor parte del día, casi todos los días, durante al menos dos semanas”, resaltaron.


Algunos de los síntomas son:


- Dificultades para concentrarse


- Un sentimiento de culpa excesiva o de baja autoestima


- Falta de esperanza acerca del futuro


- Pensamientos de muerte o suicidio


- Alteraciones del sueño


- Cambios en el apetito o en el peso


- Sensación de cansancio acusado o de falta de energía.


“La depresión puede causar dificultades en todos los aspectos de la vida, incluidas la vida comunitaria y en el hogar, así como en el trabajo y la escuela”, advirtió la OMS y agregó: “Los episodios depresivos pueden clasificarse en leves, moderados o graves, en función del número y la intensidad de los síntomas, así como de las repercusiones en el funcionamiento de la persona”.


             La depresión, según la OMS, es un 50% más frecuente en mujeres / Crédito: Pexels


Asimismo, desde el ente sanitario internacional aseguraron que los episodios depresivos pueden pertenecer a diferentes tipologías:


* Trastorno depresivo de un solo episodio: la persona experimenta un primer y único episodio


* Trastorno depresivo recurrente: la persona ha padecido ya al menos dos episodios depresivos


* Trastorno bipolar: los episodios depresivos alternan con períodos de episodios maníacos, que incluyen euforia o irritabilidad, mayor actividad o energía, y otros síntomas como aumento de la verborrea, pensamientos acelerados, mayor autoestima, menor necesidad de dormir, distracción y comportamiento impulsivo e imprudente.


De todos modos, Tesone aseguró: “Es difícil de determinar (los síntomas) porque depende de cada persona, de sus circunstancias, de la intensidad, pero en todo caso ante la duda conviene hacer la consulta”. “Como la persona no logra darse cuenta, ante la duda, creo que es mejor consultar y pedir una ayuda para ver y discernir si se trata de un duelo simplemente o de una depresión, con la entidad que la caracteriza”, recomendó.


El doctor en psicología Martín Etchevers, profesor titular de psicoterapias y emergencias y secretario de investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, explicó que “la depresión puede producir -por un lado- un malestar subjetivo. Por otro lado, puede causar disfuncionalidad. Esto significa que las personas pueden sentir que no valen, que son culpables por no sentir energía o por otras razones, o no sienten esperanza para el futuro, entre otros componentes del malestar subjetivo. Pero también pueden tener problemas para llevar a cabo actividades y roles habituales, como las tareas hogareñas o el mantener vínculos con sus seres queridos”.


“Hay personas que tienen síntomas de depresión, pero siguen viviendo como si nada pasara o siguen teniendo funcionalidad. Esto a veces hace que los demás no le crean que se sienten mal. Cuando una persona tiene malestar subjetivo o también padece disfuncionalidad debería hacer la consulta a un profesional de la salud mental, y su entorno debería validar sus sentimientos, aunque no los comparta”, subrayó el experto.


La ansiedad bajo la lupa


“Los trastornos de ansiedad se caracterizan por un miedo y una preocupación excesivos y por trastornos del comportamiento conexos”, describe la OMS. En ese sentido, señala que “los síntomas son lo suficientemente graves como para provocar una angustia o una discapacidad funcional importantes”. Existen varios tipos diferentes de manifestaciones de esta patología, los más frecuentes son:


- Trastorno de ansiedad generalizada: caracterizado por una preocupación excesiva


- Trastorno de pánico: que se caracteriza por ataques de pánico


- Trastorno de ansiedad social: con miedo y preocupación excesivos en situaciones sociales


- Trastorno de ansiedad de separación: miedo excesivo o la ansiedad ante la separación de aquellos individuos con quienes la persona tiene un vínculo emocional profundo


El primer síntoma físico de la ansiedad es hormonal, ya que el cuerpo se prepara para enfrentar el peligro o escapar subiendo los niveles de cortisol, adrenalina y otras, señalaron los expertos en un número especial de la revista Health. En ese sentido, afirmaron que “en pequeñas dosis y cuando hace falta, estas hormonas nos ofrecen las mejores posibilidades de sobrevivir, pero cuando las producimos durante mucho tiempo pueden presentarse problemas en los sistemas cardiovascular, digestivo, inmunológico, respiratorio o nervioso”.


Asimismo, indicaron que la “hiperventilación es uno de los síntomas físicos de ansiedad más fáciles de advertir: consiste en una respiración agitada, corta, que hace que los pulmones absorban más oxígeno para el enfrentamiento o la huida”, aunque “esto puede hacer que una persona sienta que no recibe oxígeno suficiente, lo cual puede conducir a más ansiedad”, siendo que estos cambios en la respiración pueden incluso “contribuir a los síntomas de asma”.


Pero eso no es todo, ya que “puede causar palpitaciones y dolor en el pecho, y puede incrementar el peligro de presión alta y enfermedad coronaria”, ya que como la sangre se precipita hacia el corazón y las extremidades, las partes del cuerpo necesarias para enfrentar la amenaza o huir, la rapidez del flujo puede provocar que una persona se maree o tenga una sensación de entumecimiento.


Incluso, el cortisol y la adrenalina también hacen que el hígado produzca más glucosa para mejorar la energía, lo cual sube los valores de glucemia. “En el corto plazo el cuerpo reabsorbe el exceso de azúcar, pero cuando la glucemia se mantiene elevada durante un periodo, aumenta el peligro del desarrollo de diabetes de tipo 2 en individuos con predisposición”, señalaron los expertos


La respuesta a la ansiedad bloquea la digestión y relaja los músculos del estómago, lo cual puede causar náuseas, diarrea y dolor; cuando la respuesta se repite, se puede perder el apetito y aumenta el riesgo de úlceras. Las personas con ansiedad tienen más probabilidades de sufrir enfermedades digestivas como el síndrome de colon irritable.


¿Existen diferencias entre los ataques de ansiedad y los de pánico? Quien brindó la respuesta a Infobae fue la doctora Elsa Constanzo (MN105.493) jefa del Servicio de Psiquiatría de Fleni. “El ataque de pánico es un episodio súbito, intempestivo, que afecta la vida de un sujeto. Durante él, el paciente puede experimentar susto, miedo o ansiedad profunda; temor a volverse loco morirse, con la presencia de síntomas físicos que responden al espectro de la ansiedad”.


“El ataque de pánico es una alarma que se le despierta al organismo frente a un miedo que en ese momento es irreal o inexistente pero, sin embargo, la persona no puede dominar. Obviamente, cursa con síntomas de ansiedad”, detalló la experta.


En cambio, la ansiedad se manifiesta de otra manera, destacó Constanzo: “Es un síntoma continuo, persistente -no súbito y de repente- de miedo, nerviosismo, temor o susto que cursa con síntomas físicos”“La diferencia radica en que la ansiedad es una sensación mientras que el ataque de pánico es un episodio de ansiedad súbito por, supuestamente, ningún desencadenante concreto, latente o presente”, comentó la especialista.


Asimismo, la experta afirmó que la ansiedad constituye una reacción emocional ante la percepción de una amenaza o peligro y su finalidad es la protección de la persona, su mecanismo de defensa. Alguien puede sentirse ansioso antes de dar un examen o al caminar por una calle oscura. Este tipo de ansiedad es útil, ya que lleva a estar más alerta o ser más cuidadoso. Esa sensación suele terminar luego de salir de la situación que la provocó.


Sin embargo, para millones de personas la ansiedad no desaparece y empeora con el tiempo. Pueden sentir dolores en el pecho y tener pesadillas. Hasta tener miedo de salir de sus casas. Estas personas tienen trastornos de ansiedad. En este sentido, es un sentimiento normal que no hay que erradicar, pero sí controlar. “Lo más importante ante estos síntomas es educar, conocer los síntomas, su explicación y génesis, para validar la respuesta emocional que nuestro cuerpo le está dando a nuestra mente, para validar y comprender las emociones; y así calmar la sintomatología. Cuando esto no sucede, es crucial consultar con los especialistas”, agregó Constanzo.


¿Se pueden tratar la depresión y la ansiedad?


Según indicaron los expertos, en los últimos setenta años se han desarrollado muchos medicamentos que han mejorado en forma significativa la capacidad de recuperación de la depresión, aunque “una parte significativa de personas no responden a los tratamientos en forma adecuada”, advirtió Cetkovich.


Es por eso que, de acuerdo al profesional, se están “investigando nuevas alternativas en forma permanente. Así se incorporaron métodos como la estimulación magnética transcraneal (TMS sus siglas en inglés) o, más recientemente, la estimulación cerebral profunda (DBS), un verdadero ‘marcapasos’ que se inserta mediante un electrodo del grosor de un pelo, en zonas críticas del cerebro de las cuales sabemos que contribuyen a regular el estado de ánimo. Este tratamiento experimental está siendo utilizado en personas que han fracasado con todos los tratamientos -incluyendo por supuesto la psicoterapia- y los resultados comienzan a ser asombrosos”.


En palabras del experto, los avances farmacológicos más recientes provienen de terrenos sorprendentes. Gracias a la perspicacia de algunos investigadores como el argentino Carlos Zárate, un anestésico está mostrando resultados asombrosos. Además, se suman los avances de la psicoterapia cognitiva, que se ha convertido en un pilar fundamental, proponiendo abordajes novedosos y basados en evidencia empírica, que complementan el tratamiento tradicional. Además, la evidencia acumulada es cada vez más contundente al señalar que la actividad física es uno de los más potentes antidepresivos.


En cuanto a la ansiedad, la mayoría de los especialistas coincidieron en que el mejor tratamiento es la psicoterapia. “Uno puede tener una ansiedad normal y una ansiedad muy discapacitante, para desarrollar una tarea, como por ejemplo, dar una clase, pero no se trata de vergüenza. Para esas personas que tienen síntomas de ansiedad discapacitantes hay distintas estrategias psicoterapéuticas, por el lado de la terapia cognitiva conductual, que son muy útiles para lidiar con la ansiedad”, resaltó el doctor Federico Pavlovsky, médico psiquiatra (MP 105813), en diálogo con Infobae.


                "Muchas personas con depresión también padecen síntomas de ansiedad, alteraciones del sueño y del apetito, sentimientos de culpa y baja autoestima, dificultades de concentración e incluso síntomas sin explicación médica", señalan desde la cartera sanitaria argentina e instan a consultar con expertos en salud mental / Archivo


“La ansiedad es un síntoma que tiene una gran repercusión para el paciente pero que no se logra advertir, ya que lleva una vida relativamente normal; no se nota que la está pasando tan mal. Sufre en silencio y con vergüenza y muchas veces se retrasa el pedido de ayuda. Hay estrategias psicoterapéuticas muy útiles y estrategias mixtas: psicoterapéuticas y psicofarmacológicas. Es importante que el paciente no empiece a utilizar sustancias psicoactivas para automedicarse porque empeora el cuadro clínico y se retrasa la consulta”, agregó.


Mientras que la doctora Constazo expresó que frente a un trastorno de ansiedad o ataque de pánico, “lo primero que hay que hacer es concentrarse en la respiración. Lo segundo, es saber que respirando tranquilamente uno puede controlar síntomas que están pasando físicamente, que responden a una situación mental y cerebral. O sea, que hay una respuesta en el cuerpo de algo mental que está sucediendo”.


Sin embargo, aclaró que para hacer esto, previamente, la persona afectada debe haber ido a una guardia y que le hayan descartado que no tenga nada físico, “porque lo primero que piensa el paciente es que le está dando un ataque cerebral o cardíaco. Entonces, cuando va a emergencias y le dicen que no tiene nada en el corazón ni un ACV, lo que padece es ansiedad en el cuerpo, que le genera el ataque de pánico o los síntomas, puede tratar de respirar y controlar”, expresó la especialista del Fleni.


“Respirando, meditando, equilibrándose y armonizándose pueden dominarse las situaciones ansiosas y los ataques de pánico. Pero es importantísimo consultar con especialistas médicos y psicólogos, porque hay tratamientos especializados para curarlos”, concluyó Constanzo.


 


FUENTE: INFOBAE.











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