La investigación combinó tres metodologías —una encuesta nacional (730 casos online), cuatro grupos focales y un análisis de conversaciones digitales realizadas entre el 1 y el 31 de mayo de 2025— con el objetivo de aportar herramientas para diseñar políticas públicas y estrategias de comunicación, salud mental y participación ciudadana.

Las redes más elegidas… ¿y más adictivas?

Instagram lidera el ranking con un 68% de uso, seguida por Facebook (59%, sobre todo entre los mayores de 25), YouTube (47%) y TikTok (40%), que destaca entre mujeres (53%). Más atrás aparecen X (Twitter), LinkedIn y Snapchat.

El tiempo que los jóvenes pasan en cada red es también un dato clave. TikTok encabeza con casi 18 minutos diarios de permanencia, seguida de Facebook, YouTube e Instagram. Aunque no siempre lo admitan, gran parte de sus horas están atravesadas por la lógica algorítmica del scroll infinito.

Entre la risa y la ansiedad

El principal uso que los jóvenes hacen de las redes es para entretenerse (67%), seguido por informarse (60%) y capacitarse (32%). Sin embargo, también es notable el número de usuarios que las usan para opinar (29%) o, en menor medida, para buscar pareja (4%).

Pero esta interacción cotidiana tiene consecuencias. El 58% dice usar las redes más de lo que quisiera. Y los efectos negativos aparecen con claridad: ansiedad (31%), agotamiento mental (20%), insomnio (17%) y baja autoestima (16%) son parte del combo emocional que muchos reconocen como una “relación tóxica”. Más de la mitad intentó abandonar las redes, aunque volvió a usarlas.

Violencia digital, desinformación y polarización

Uno de cada dos jóvenes sufrió alguna forma de ciberacoso. El acoso sexual afecta al 19% (sube a 34% en mujeres), seguido por bullying (17%), cancelación (12%) y grooming (7%).

Además, el 64% dice sentirse invadido por la cantidad de datos que las plataformas saben sobre ellos. Aunque el 27% confía más en redes que en medios tradicionales, hay desconfianza sobre lo que se consume. En términos políticos, la polarización también se traslada a lo digital: el 71% de votantes de UxP dejó de seguir a alguien por diferencias ideológicas, mientras que más de 2.000 personas por mes googlean “me autocensuro en redes”.

¿Quién pone los límites?

Los jóvenes coinciden en que las grandes plataformas tienen demasiado poder. El 56% de votantes oficialistas considera que el Estado debería intervenir más, aunque al mismo tiempo lo perciben como ausente frente a las tecnológicas. Esta tensión entre libertad de expresión, regulación y responsabilidad corporativa marca uno de los debates más complejos del presente.

Una conclusión que interpela

Las redes sociales están presentes en todos los aspectos de la vida joven en Argentina: informan, entretienen, forman opinión, pero también desgastan. La conciencia sobre sus efectos negativos crece, pero las herramientas para cambiar la relación todavía son escasas. La intervención desde la educación, la regulación y la responsabilidad de las empresas es urgente. No se trata de demonizar, sino de comprender y actuar.