Jueves 26 de Diciembre de 2024 |
11/12/2024 - SOCIEDAD
Un empresario lo tildó de “garca” y una amiga de la familia lo reconoció en los videos: los dos testimonios que quebraron a Martín del Rio Se trata de Ezequiel Jarsrosky, dueño del departamento del Chateau donde pensaban que se iban a mudar las víctimas, y María Cristina Franco, una íntima de la madre del imputado. Ambos robustecieron la teoría de la acusación No lo hizo al ver las fotos de los cuerpos de sus padres, pero sí este martes al escuchar la manera en la que otros empresarios de su entorno hablaban despectivamente de él. “Me dijeron que era un garca”, fue la frase de un testigo que hizo quebrar a Martín Del Rio en la segunda audiencia del juicio por jurados por el doble parricidio de Vicente López. Pero no sería la única vez que al acusado de matar para esconder sus desmanejos financieros se le caerían las lágrimas. También lo hizo cuando una íntima amiga de su madre dijo quererlo mucho. Luego, esa misma testigo, quien lo conoce desde que es un niño, lo identificó en la prueba conocida como el hombre caminante, que apunta a que el imputado es el asesino de José Enrique Del Rio y María Mercedes Alonso y que se apoya en videos de las cámaras de seguridad y los movimientos de su celular. Fue otro aval más para la teoría de los fiscales Alejandro Musso, Gastón Larramendi y Marcela Semería. La primera declaración con la que el acusado se angustió este miércoles fue la de Ezequiel Jarsrosky, ahora ex dueño del departamento ubicado en el piso 31 del edificio Chateau, al que Del Rio hijo le había prometido a sus progenitores que se mudarían antes de que aparecieran asesinados en su casona de Melo 1101 de Vicente López. El testigo, citado por la fiscalía, llegó a la sala del Tribunal N°7 de San Isidro y contó ante el jurado que conoció al imputado en 2021, cuando se presentó interesado en un departamento que tenía en alquiler en la conocida torre ubicada en avenida Del Libertador. Fue con la representante de una inmobiliaria, de nombre Paola, quien Jarsrosky meses después notó que también era su amante. Según relató, el empresario en realidad tenía la intención de vender el inmueble. Sin embargo, se detuvo en la propuesta de alquiler de Del Rio por el precio que ofrecía pagarle: eran 10 mil dólares por mes, cuando el valor del mercado era de 5 mil. La oferta hizo dudar a Jarsorsky. “Ya era bastante raro que te digan 10 mil cuando son 5 mil. Pero dije ‘Bueno, voy a ver si es un buen tipo y si lo puedo referenciar vemos’”, recordó. “Como me dijo que conocía a los dueños de algunos restaurantes, y yo tengo algunos contactos en el sector, llamé a algunos y pregunté”, continuó. La respuesta de los empresarios gastronómicos fue contundente: “Uno me dijo: ‘¿Estás loco vos? No le vayas a alquilar a Martín porque es muy complicado, muy difícil. Es un garca’”. Al escuchar la descalificación, el imputado se quebró por primera vez en la audiencia. Pero no la única: el momento más sensible fue durante el testimonio de María Cristina Franco, una amiga de Mercedes Alonso, la víctima, y muy cercana a la familia Del Rio. Al acusado lo conoce desde los 3 años porque su hijo había compartido la sala del jardín de infantes con él. Desde entonces, ella se hizo muy amiga de la madre del acusado y los entonces niños forjaron una amistad inseparable. Al día de hoy ellos se siguen viendo durante las visitas a la cárcel. El relato de Franco mostró, quizá, la primera emoción real del acusado en el juicio donde está siendo juzgado por el delito de “doble homicidio calificado por alevosía, por el vínculo, por el uso de arma y por ser criminis causae”. La mujer recordó el tiempo que ambas familias compartieron juntas y se detuvo en las celebraciones de Año Nuevo, destacando que el imputado siempre estaba presente. “Yo lo quiero mucho a Martín, me da mucha pena”, dijo la testigo sin poder contener las lágrimas. Del Rio también lloró al escucharla, pero, esta vez, con una mirada que transmitía entre nostalgia por aquella vida pasada y cariño por la testigo que estaba delante suyo. Sin embargo, así como destacó los buenos viejos tiempos, Franco también lo complicó con su declaración. “Yo sufro por Martín, pero Mercedes está muerta”, lanzó mientras el acusado se secaba las lágrimas. “A ella la mataron de un tiro. No sé quién fue, creo que eso es trabajo de quienes tienen que investigar, yo no fui testigo de eso. Solamente vi un video de alguien que camina, no se ve el rostro”, agregó. Luego, la mujer se paró frente a la pantalla y, acompañada del fiscal Alejandro Musso, aceptó ver la filmación de la que ella se acordaba. Era una de las grabaciones de la prueba conocida como el “hombre caminante”. Franco lloró al ver el video de pocos segundos. Pero tomó aire y finalmente respondió: “Sí. Es Martín”. Lo identificó. Ese hombre caminaba rumbo a la escena del crimen.
Más testigosSus testimonios se sumaron a otros tres que tuvieron lugar previamente: Facundo Spezia, subcomisario de la DDI de San Isidro; el comisario Ramón Roig; y Alejandro Orlandini, secretario e investigador de la Fiscalía de ciberdelito de San Isidro. Spezia y Roig dieron más detalles de la escena del crimen y ambos coincidieron en que, aunque se quiso fingir un robo, el desorden del lugar no era típico de una entradera. Orlandini, por su parte, dio una extensa exposición en la que mostró cada uno de los videos en los que se registró al hombre caminante yendo a la casa de Melo 1101 y volviendo en dirección a Capital Federal. Además, hizo una comparación del recorrido realizado por Martín Del Rio el día del crimen, con el que había hecho el acusado días antes con su amante, Paola. |
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