Pudo haber seguido en el Concejo Deliberante por un nuevo periodo también, pero pesó su militancia dentro del radicalismo por sobre el manejo que la UCR hizo (y hace) al integrar un frente con el PRO que alejó a miles de correligionarios como él.

Augusto Urrizola buscó entonces seguir en carrera acompañando a Roberto Lavagna, candidato a Presidente por Consenso Federal. Y se presentó como precandidato a la Intendencia de Pinamar. Ganó la interna ante Gabriela Mulet, su adversaria de turno, pero quiere más. Quiere que la UCR vuelva a ser ese partido que lo cobijó de joven con ideales democráticos y preocupados por la gente.

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“A nivel nacional, ni aún los más pesimistas del gobierno ni los más optimistas del kirchnerismo planteaban una diferencia tal como se dio y sobre todo en la Provincia de Bs.As.” comentó Urrizola a Canal 4. “Pinamar no escapa a esa realidad, porque se dio una marcadísima polarización y eso nos quitó muchas posibilidades a los que construíamos nuevas fuerzas como el caso de Consenso Federal o el vecinalismo.”

“En ese sentido teníamos una expectativa mayor en cuanto al corte de boleta que jugara alguna candidatura local, pero se dio en una magnitud que no fue suficiente para neutralizar esa tremenda polarización. Lamentablemente, de un primer análisis se ve que los argentinos comunes, los de carne y hueso, vamos a estar afectados por esta especie de cimbronazo que arranca con el mercado cambiario pero que después termina afectando a los índices inflacionarios. Y que no le afectan ni a Macri ni a Cristina ni a Alberto que ya están salvados desde hace bastante tiempo. Nos afecta a los argentinos comunes de carne y hueso. Mi reflexión es que tanto el macrismo como la oposición tienen el grado de sensatez suficiente para no hundir nuevamente en una crisis aún más profunda al país en una eventual transición de gobierno.”

• No ha sabido este gobierno llevar adelante una política económica seria, ante la expectativa que había en el 2015 hasta llegar a este 48 % que no lo quiere…

• Está claro que no estuvo para nada a la altura de las circunstancias. Allí había una posibilidad de un tercer sector con mucha gente que tampoco quería volver al pasado y que no le gustaba la situación de hoy, pero por errores propios de nuestro espacio no fue posible concitar una fuerza de mayor envergadura que fuera competitiva electoralmente.

“También, en tren de autocrítica, el resto de los partidos tradicionales –la UCR por ejemplo- haciendo seguidismo del PRO a nivel nacional y provincial, tampoco contribuyó para que los argentinos y los bonaerenses tuviéramos otra opción, una herramienta para salir de esta polarización brutal que se planteó como única estrategia por los “magos del country” que son los cuatro o cinco dirigentes del PRO que se juntan alrededor de una mesa y cren decidir la suerte de los argentinos.”