El médico que también integra el comité epidemiológico de expertos que asesora al Gobierno nacional coincidió en las repercusiones psicoafectivas que tiene la cuarentena y el distanciamiento de los afectos, además de los efectos económicos, pero pidió “guardar fuerzas”.

“Es poderoso cómo está repercutiendo lo que pasa por lo afectivo. Hay hijos que no pueden ir a ver a sus padres y que están cansados de verlos por teléfono porque todo eso no es suficiente y nada reemplaza el contacto humano, pero tenemos una situación que hemos podido controlar”, explicó Orduna.

“Hoy estamos en un punto de haber logrado como comunidad una situación controlada mientras preparamos al equipo de salud, a las instituciones”, amplió.

No obstante, reconoció que “la economía está muy golpeada” y que son muchas las personas que no se pueden sustentar el día a día porque trabajan hoy, gastan y mañana ya no tienen dinero.

“Hay muchísima gente que vive de las viandas que dan en los barrios populares, de la ayuda de amigos y tenemos que empezar a poder abrir un poco todo lo que hace a la producción del comercio”, planteó.

Sin embargo, insistió en que “no podemos bajar los brazos ni un centímetro con respecto al distanciamiento social y lo que no vamos a recuperar de inmediato son las relaciones humanas, el afecto”.

“No nos vamos a poder dar el abrazo. Ahora es mejor ponernos en otro lugar y acumular esa energía para cuando podamos expresarla”, advirtió.