“Me parece una postura egoísta, que no les va a terminar dando el rédito porque la gente no se fija en cuestiones chiquitas sino en las cosas que pueden ver y palpar, y allí están las ventajas que trajo la renovación del frente marítimo”, señaló.

Según el edil, los argumentos esgrimidos para no llamar a licitación se centraron en que se alteraban las reglas del juego, con respecto a los pliegos de licitación del 2009. “Lo que se hizo fue morigerar el puntaje por antigüedad, de tal forma que se naturalizara la posibilidad de competencia ante los nuevos oferentes”, abundó.

Además, Urrizola reparó en que “para darle mayor apertura a proceso de licitación” no se cobraban los 10 mil dólares a los pliegos a diferencia de las licitación anterior. Tampoco permitía la transferencia de la concesión hasta transcurrir 5 años, “siempre y cuando haya construido y certificado con la norma de caliadad ambiental”. “Sino era un pasamano. Si vos tenés una cláusula de preferencia, no tenés competencia, ganabas la licitación, al día siguiente salías a venderla a precio de mercado”, aseveró.

En la sesión convocada para hoy se iba a devolver el expediente al departamento ejecutivo, ante la imposibilidad de haberlo aprobado en la sesion pasada.

Urrizola aclaró que hay tres caminos posibles que puede tomar el ejecutivo: llamar a licitación sin la aprobación del Concejo, devolverlo a HCD con un informe escrito del asesor letrado de la municipalidad, o recurrir a la justicia para recuperar en espacio público, en caso de que el actual titular decida judicializar la situación. 

“En caso de que se concretara lo último, tanto esta UTF como las otras 10 que tienen que adecuarse a la reconversión del nuevo frente, el municipio tiene que ponerse los pantalones largo, e iniciar el juicio de desalojo en cualquiera de los casos”, aseveró el edil.