Miercoles 08 de Mayo de 2024 |
20/04/2024 - SOCIEDAD
La historia del argentino que vende choripanes en una playa paradisíaca del país más feliz de América Latina Damo Naimad (40) es músico y productor musical. Está instalado en la ciudad de Tamarindo, Costa Rica, desde fines de 2021. Ofrece sus sándwiches con chimichurri junto al mar. Para eso, adaptó su bici a la que bautizó “choricleta” “Comete un chori mientras esperás que venga el bus”, trata de convencer Damo Naimad (40) a un turista estadounidense que no entiende absolutamente nada de español y sale apresurado de la playa de Tamarindo, una de las más paradisíacas de Guanacaste, Costa Rica. “Tengo el mejor chori con chimichurri o salsa criolla”, le ofrece a un automovilista que pasa por al lado de su puesto ambulante, donde montó una parrilla sobre su bicicleta. “También hay choripan diet para las chicas”, le aclara a un grupo de amigas que lo miran entre risas y desconfianza mientras él no pierde de vista la cocción de los chorizos. Las estrategia de marketing que utiliza este argentino oriundo de la localidad bonaerense de San Justo, partido de La Matanza, son tan variadas como divertidas. Con la actitud desfachatada que lo caracteriza, su buen humor y carisma, Damo se las ingenia para que ese sánguche “bien argento” llegue al paladar de costarricenses y extranjeros que están de visita en el país considerado el más feliz de América Latina. Si bien se trata de un oficio que improvisó y aprendió sobre la marcha, jamás hubiese imaginado hacerse conocido como “el argentino de la choricleta” ya que cuando emigró -a fines de 2021- lo hizo para ampliar sus horizontes como músico y productor musical. Sin embargo, no todo salió como esperaba y hoy su presente lo encuentra vendiendo choripanes en la playa, en lo que antes era un pueblo de pescadores y ahora se convirtió en la zona más top de Guanacaste. “Empezó como algo random y hoy me gano la vida con esto”, admitió. Su carrito negro y amarillo, ubicado sobre la calle Central (que está paralela al mar y tiene aproximadamente 10 cuadras de extensión), convive con una gran cantidad de tiendas, hoteles de lujo y restaurantes; donde muchos turistas amantes del surf llegan en busca de la ola perfecta. “Elegí esos colores porque soy fanático de Almirante Brown”, explicó Damo, quien adaptó su bicicleta para montar una parrilla sobre el manubrio y anexarle una sombrilla al mostrador del costado derecho. La misma bicicleta que antes utilizaba para hacer los 7 kilómetros que separan a su casa, inmersa en la selva del pueblo de Santa Rosa, de la playa Tamarindo es la que ahora utiliza para trabajar. Tomar la decisión de cambiar de rumbo no fue fácil, pero sí necesaria. “Llegué a Costa Rica con mi pareja y los hijos de ella porque su papá vive acá”, recordó. Como este hombre también es músico, le allanó el camino a Damo para que diera sus primeros pasos como DJ gracias a sus contactos. “Arranqué tocando música electrónica en cócteles, bares y restaurantes”, relató. Pero como no ganaba lo suficiente para mantenerse se volcó a producir videos para las redes sociales de esos emprendimientos gastronómicos. |
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